Este noviembre está muy loco con el clíma, de hecho este fin de semana iba a ir al primer Wine Sunset de Viña Casa Acosta, pero se suspendió por la lluvia. También habían muchos eventos más en los que era posible que tuviera ir para hacer nota para www.800.cl.
Pero no me confirmaron nada, así que aproveché de descansar, porque ando con una tos alérgica que me hace tener abdominales (viéndolo positivamente). Pero, a las 18.30 me dicen que estoy en la lista +1 de Mercata, así que obligada a salir.
Me arreglé rápidamente y dudé en la ropa a usar porque sabía que iba a estar el lugar lleno, en el Omnium, y lo más probable es que estuviera caluroso. Así que salí con un polerón por el frio, pero con una polera debajo.
Llegué y estaba en la lista bajo «La comunidad sin anillo», fui a buscar mi copa y las 15 degustaciones. Ahora que ya conozco a varios del rubro no necesito tickets, pero como andaba en la onda de «voy a hacer mi pega y me voy», saqué las fotos que pude del lugar porque, en serio, estaba lleno. Así que me di una vuelta, intenté sacar buenas fotos, y fui a hacer la fila para tomar una piscola con malpaso. Y me encontré con Carlo. Le pregunté si podía ayudarlo en la barra, total, no tenía mucho más que hacer y ya que estaba en el lugar, quería escuchar a UPA+.
Así que me fui a dar la última vuelta y me instalé en la barra hermosa con todos los piscos más lindos del mundo. Preparada para armar piscolas con 35° – 40° – Pedro Jiménez – Deux – Icono. Y lo mejor, gente que no conocía algunos piscos, les iba explicando un poco como eran, y cuales servian para coctelería, o que eran mejores con coca zero, o normal, etc. También aproveché de vender botellitas y botellas.
Estaba en mi salsa, feliz, mientras me traían bolsas de hielo para seguir rellenando copitas, y cantando «cuando vuelvas quiero verte a solas» (gran temón de UPA). Y no sé como, pero pasaron las horas y se acabaron las bebidas y los piscos. Eran ya las 22 hrs. Había una fila gigante aún esperando tomar algo, pero ya la gente se había ido a la fiesta y los otros stands estaban vacios. Así que pesqué mi mochila, di las gracias y me fui.
¡Lo pasé super! y qué mejor que poder trabajar con el destilado que más me gusta, con la marca que más quiero. Un sueño cumplido. Y no, no le estoy poniendo mucho.



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