Prístino ya tiene algunos meses de vida y va sumando adeptos, es que su cálido espacio y la gran cocina chilena de autor hace que uno vuelva y lo recomiende. Sus mesas bien puestas con hermosas copas invitan a sentarse y sentirse en un lugar elegante y prístino. Aquí no hay aires de hotel-restaurante; esto es un proyecto propio, con alma, y se nota en cada detalle.

La mano de Claudio Úbeda se siente en el respeto y la elegancia que le da a cada producto. ¿Se acuerdan del «cajón de erizos»? Aquí lo reversionaron: llega como un pan brioche tostado que acompaña unos erizos frescos con su caldo de carne. Otra joya marina fueron los ostiones rosados patagónicos. No necesitaron nada extra, la preparación era tan perfecta que te dejaba sentir toda su cremosidad y sabor puro.

Lo que cuenta Claudio y Paula es que ya entendieron el público del sector, y están probando con algunos platos nuevos para el cambio de carta, por eso pudimos probar una lengua con puré y verduras encurtidas que estaba perfecto. La pesca del día a lo pobre también muy elegantemente presentada (nos tocó congrio frito y ¡qué delicia!). Esta es la prueba de que un plato clásico puede ser sofisticado sin perder su esencia.

El postre, lo máximo, la torta merengue lúcuma con un poco de manjar, nada de hostigoso ni extremadamente dulce. Un postre para compartir y a buen precio para 2 personas.

Probamos unos mockteles que valen la pena, sabores equilibrados y nada dulces, buen uso de los cítricos y buenas técnicas utilizadas. (Camelia Spritz y Valle Esmeralda) Los cócteles de autor, que serán 4 en total, se están desarrollando, ya tienen la base que es tener coctelería clásica y una carta de vinos bien seleccionada. De los cócteles presentados, el «Cielos de Limarí» más frutal con un amargor elegante, engañador porque se toma como jugo pero tiene potencia; y el Antu Kutral más dulce y cremoso que el anterior y es uno de mis recomendados, la galleta de mantequilla y jengibre activa más los sabores finales. (¡Muy bien Diego!)

El hecho de que Prístino esté en un lugar más accesible (a diferencia de Malakita) ayuda muchísimo a que sea un lugar fácil de visitar y 100% recomendado.

Y ojo: pronto van a habilitar la terraza para primavera/verano. Estén atentos a las redes, porque el plan de coctelitos y cena a la noche será perfecto para el espacio que hay.

¿Qué dicen? ¿Parten por los erizos con un buen vino o por el Antu Kutral?

Deja un comentario